viernes, 1 de enero de 2021

Un sugerente punto de partida para el siglo XXI

Jesús Castañón Rodríguez


Desde 1903, se ha extendido el tópico de que el lenguaje periodístico del deporte conforma un ámbito de conflicto, aunque la realidad demuestra que la preocupación por su uso correcto ha ocupado a un centenar largo de profesionales y profesores relacionados con la comunicación. A lo largo de su historia, la forma de expresión de los medios superó la consideración de ámbito de jerigonza exótica, chabacana locución y aluvión de palabras exóticas e ininteligibles en los tiempos en los que el idioma se entendía como una representación de los pueblos e instrumento de acercamiento espiritual. Atendió a solecismos, usos del lenguaje recto y figurado, el exceso de metáforas, tópicos y el tratamiento de barbarismos y neologismos en momentos en que se pretendía eliminar vulgarismos y extranjerismos para combatir la corrupción del lenguaje. Creó libros de estilo en unos instantes en los que se acusaba a los medios de comunicación de pervertir el lenguaje amplificando errores en el uso público del idioma para favorecer la imprecisión y la oscuridad de los mensajes. Cuando se intensificaron estas críticas, hasta considerar que los medios contribuían a la destrucción del lenguaje, se descubrió su peso en la renovación de la lengua general. Y ya en el siglo actual, ha logrado su plena incorporación institucional, una paulatina reflexión universitaria y el fomento de una actitud reflexiva ante sus errores y sus hallazgos.

Entre 1910 y 2010, Andalucía ha realizado diversas reflexiones sobre cinco centros de interés. Primero, la descripción de frases impropias, barbarismos, solecismos y extranjerismos de uso más frecuente que inició Ramón Franquelo Romero en 1910 para cuatro deportes y que llega hasta hoy con la profesora Susana Guerrero para describir neologismos, impropiedades léxicas, redundancias y mecanismos de creatividad. Segundo, la idea de que el deporte ha conformado un lenguaje propio fue destacada en 1969 por el profesor y escritor Antonio Gallego Morell en la imprescindible antología Literatura de tema deportivo. Tercero, la preocupación del periodista por el buen uso del idioma ha convocado desde 1988, entre otros, a José Luque Calderón en el Consejo Asesor del Departamento de Español Urgente, a Francisco Muñoz en la Fundación de Español Urgente BBVA y la revista Donde dice…, a José María Allas Llorente y Luis Carlos Díaz Salgado en el Libro de Estilo de Canal Sur para destacar la responsabilidad social del periodista y la corrección idiomática como herramientas para la calidad de la información y a los periodistas, escritores y filólogos Carlos Santos y Juan Tortosa que analizaron diversos usos en el libro Almería 2005: la ilusión y los riesgos y en el curso de la Universidad de Almería Los protagonistas de la comunicación deportiva en la víspera de los XV Juegos Mediterráneos. Cuarto, la correcta difusión de los extranjerismos en la alta competición, gracias a la labor de la Asociación de la Prensa de Almería que colaboró en la edición de 32 léxicos trilingües de deportes y medios de comunicación para los Juegos Olímpicos y Mediterráneos, obra de Antonia Ordoño. Y quinto, la reflexión sobre la difusión de usos lingüísticos actuales desde 1997 con la labor del Instituto Andaluz del Deporte que convocó el I Encuentro sobre el idioma español en el deporte y que tiene su continuidad en la sección Palabras mayores que acoge el portal de Paco Rengel Basketconfidencial.com.


En este marco, José Luis Rojas Torrijos propone un nuevo paso: la creación de un modelo de libro de estilo en el que los aspectos de redacción cuenten con un enfoque panhispánico. Con experiencia en el diario Estadio Deportivo, la emisora Radio Nacional de España, Canal Sur Televisión, el portal Sports.com, la Jefatura de Prensa de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Sevilla y el Gabinete de Prensa de la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía, Periodismo deportivo de calidad amplía el análisis realizado en La información y el deporte y en los trabajos de investigación El deporte en los libros de estilo de España e Hispanoamérica y Bases para la formulación de un libro de estilo de última generación. Construcción de un modelo teórico válido para los medios deportivos escritos digitales en lengua española.

En cuatro grandes capítulos repasa la situación actual del periodismo deportivo en España e Iberoamérica, la caracterización y repercusión social de su forma de expresión, algunas ideas generales sobre el periodismo deportivo de calidad y la propuesta de un modelo de libro de estilo panhispánico para periodistas deportivos. De su lectura se desprenden vías para aplicar normas para la red, principios lingüísticos con enfoque panhispánico y aspectos propios de un libro de última generación. Propone útiles pautas de estilo: técnicas de titulación, titulares específicos para Internet, cuerpo de texto, redacción digital, géneros periodísticos y ciberperiodísticos, fotografía, infografía... Indica las principales fortalezas y debilidades lingüísticas de la información deportiva.

Constituye un sugerente punto de partida para unos tiempos de comunicación global, a toda velocidad y con espacios para participar, crear y compartir información y opinión en un conocimiento portátil, sin límites de fronteras ni horarios integrando tanto a los periodistas como a otros tipos de voces. No sólo tiene una gran importancia el uso de blogs profesionales y de redes sociales, sino que en el día a día también van ganando peso, entre otros productos, crónicas diferenciadas para las ediciones digital y escrita, servicios automatizados de alertas, noticias en tiempo real, noticias a la carta, titulares por correo electrónico, tickers, cortes de archivos de sonido y video para la televisión analógica, digital, digital terrestre, por cable, por Internet y por telefonía móvil, noticias generadas por las propias entidades deportivas en todo tipo de soportes…

Algunos de los planteamientos de este recorrido por la ética y el lenguaje deportivo, apegados a la norma oficial lingüística y deportiva, se verán superados ya que muchas actividades físicas y deportes no están recogidos en las publicaciones de la Real Academia Española, ni todos los existentes se integran en federaciones. Y probablemente, dado el carácter participativo del deporte, la calidad de esta información especializada no se limitará sólo a la labor que pueda realizar el periodista, sino que también hallará su hueco en el don creativo de quienes sean capaces de prender la chispa de nuevos mecanismos para atraer la atención de la audiencia y para generar expresiones, en un juego de asociaciones libres de ideas que cruzan términos procedentes de la acción deportiva, los pasillos del poder, las emociones de la grada y las formas de los medios de comunicación.

Periodismo deportivo de calidad es una obra útil para su consulta y recomendable para la formación de las nuevas generaciones de comunicadores. Constituye un paso más en la larga carrera de relevos que, para el siglo XXI, intenta aprovechar el conocimiento de diferentes puntos de vista para iluminar las confusiones y superar los desafíos de un ámbito en permanente ebullición lingüística.

Asturias, 2011.