Prólogo
Paco González (*)
Cuando
tenía 13 o 14 años yo pensaba que en el mundo entero no podría existir alguien
que estuviera más chiflado que yo por el deporte. Me gustaban todos los
deportes y me aprendía todas la reglas y clasificaciones posibles. Sin embargo,
a lo largo de estos años he ido descubriendo con alegría que el mundo está
lleno de locos como yo. Incluso se podría decir que dentro de ese manicomio yo
estoy bastante cuerdo. No podría decir exactamente quien es el "mayor
tarado del reino", pero hay algunos que aspiran seriamente al trono y
encima trabajan conmigo: ese Maldini que se ve partidos sub-17 entre Togo y
Fidji, ese Pedro Martín que saca estadísticas hasta de los saques de banda...
El caso es que irrumpe con fuerza en el top ten el
autor de este libro, Jesús Castañón. Ya me había advertido mi amiga Carmen
Menéndez que lo de Jesús no era normal y que su capacidad de trabajo era
agotadora (para los que le rodean, claro). Al leer esta su obra me quedé
asustado de la paciencia y perseverancia, de las horas y horas de curro, que
este diccionario tenía tras de sí. Hay que amar mucho al deporte para realizar
un compendio así.
Yo
se lo recomiendo como libro de consulta permanente a todos los apasionados por
cualquier modalidad deportiva. Pero también a todos los que tengan un mínimo
afán de perfeccionar su vocabulario, entre los cuales me encuentro. ¡Cuántas
patadas pegamos al diccionario los profesionales de los medios! Y qué poco
conocemos de la terminología exacta en la mayor parte los deportes (yo me acabo
de enterar de que una cangreja no es lo que todos pensamos sino una vela
trapezoidal). Por cierto, voy a incitar al autor para que, en su día, prepare
una segunda parte en la que -a ser posible- españolicemos un poco tanto
extranjerismo; porque hay páginas en las que uno alucina: skeet (en
tiro), skiff (en remo), skip(además de en la
lavadora, en curling) y skish (en pesca)... Lo
siento Jesús, tú no tienes la culpa.
Paco González y portada del libro Diccionario terminológico del deporte.
Si usted siempre quiso saber la diferencia ente un ippon y un wazza-ari cada vez que en los Juegos Olímpicos daban judo, este es su libro. Una obra llena de curiosidades (batido de huevo es un ejercicio de natación), que refleja precisamente la curiosidad del autor, capaz de contarnos como se dice salto de pértiga en Sudamerica (de garrocha), o de preguntarse a qué diablos juegan esos locos que dicen practicar fútbol y le ponen el "apellido" australiano. Sólo alguien que ame y respete el deporte como Jesús se podría embarcar en una obra de semejante tamaño, con más de 5.000 entradas. Lo del amor lo digo porque no ha podido controlar su admiración por los protagonistas de todo esto, y ha incluido reseñas biográficas de más de 600 profesionales del deporte. Desde Anquetil al mítico Babe Ruth (¿Que quién era Babe Ruth?... A usted no le gusta el béisbol, ¿eh?).
Hablar
bien (o escribir) es hacerlo con corrección, intentando al menos utilizar los
términos adecuados en cada situación. En la radio, la improvisación te lleva al
error muy frecuentemente... o a las coletillas que cada uno tiene para ir
ganando tiempo y encontrar la palabra exacta que refleje con precisión aquello
en lo que estás pensando. Este libro está lleno de palabras exactas, y a todos
los periodistas nos vendría de perlas consultarlo casi a diario. A los
futboleros casi se nos ha olvidado que un pase de pecho se puede ver en la
Ventas, pero también en balonmano. A mí desde luego me va a servir de
guía-diccionario-enciclopedia-vademécum para cualquier duda que me surja.
Como
todo el mundo está de acuerdo en que "hay que leer más", yo me
limitaría a añadir que "hay que leer mejor", y si usted ha abierto
esta página es que tiene la intención de hacerlo y aprender. Le felicito.
Usted
es otro loco del deporte, ¿verdad?... pues le va a encantar.
Madrid, 2004.
__________
(*) Periodista.
Premio Ondas en 2002.